sobre perdonar (y dos)

porque las palabras dejan de pertenecernos en el momento en que las pronunciamos... me guardo los reproches y los dolores en un cofre cerrado... para no olvidar...
para recordar que el riesgo de permitirle a alguien que nos toque el alma
es que nos la parta...

sobre perdonar

porque llega un momento en que no sabes hasta que punto merece la pena dejarlas pasar... perdonar y seguir pareciendo tonta o desmostrarles a los demás que tienes la fuerza de renunciar a afectos impuestos y a los lazos que han creado los años... que sabes romper la baraja si quieres y dejar de poner parches para que se hunda de una vez la barca y se salve quien se tenga que salvar...
o no?

sobre muerdago

no te pinches el dedo con el huso de una rueca si ya has dado el primer beso de amor;
no muerdas la manzana envenenada si no hay un principe cerca para hacerte el boca a boca;
y no cuelgues muerdago en la puerta... podrías acabar haciendote preguntas que no te gusta contestar.

sobre la navidad

porque siempre parece que vaya a dar tiempo para todo y todos los años acabamos comprando los regalos con prisas y dejando a deber cafés que parece que debemos tomarnos para felicitarnos las navidades con los que mas queremos... pero entre una cosa y otra pasan las navidades, volvemos a las rutinas y nos damos cuenta de que no dio tiempo a todo lo que queríamos hacer...

sobre descoser

si me cansé de descoser mis sueños por las noches,
cómo puedo seguir esperando
cuando en el fondo sé
que ya no espero nada?

sobre las palabras

lo malo de que alguien pronuncie en determinado momento las palabras mágicas que esperamos es que después es inevitable esperar que nos lean el pensamiento... y eso, claro, no suele pasar...
asumir que nadie dirá (o callará) lo que queremos es complicado...
quizás demasiado.